Después de combatir enfermedad y demás sufrimientos, he salido a la luz del día. Y como hacían los egipcios del Reino Nuevo, lo he hecho con la ayuda de un libro y de la mejor manera posible: escribiendo. Y aquí está, mi fillo, mi bebé, mi primer libro Ángeles Caídos (2024, Luciérnaga).
Se trata de una obra bastante heterogénea e intensita en algunos tramos, pero creo que bastante accesible. No meto demasiados rollos patateros. Creo. Y además no es largo, por lo que se lee muy requetebién. Son once capítulos autoconclusivos y cada uno de una madre, así que al que le guste la variedad, la va a encontrar. Se me olvidaba: es ensayo, ensayo divulgativo, que es más o menos lo que hago por esta bitácora, de modo que los habituales ya sabréis que encontrar.
¿Hay espacio para Japón y Asia Oriental en Ángeles Caídos? Pues sí, un capítulo, el resto trabaja temáticas que abarcan tanto la antropología como la música popular, la mitología, la literatura, el cine o los comics.
Hermes está tan emocionado como yo, por supuesto (mentira, no entiende nada), por lo que os dejo un par de fotitos de él con el libro en plan doméstico. Que no vea esto mi editora (es una gran mujer con una gran paciencia) porque se dará cuenta de que estoy saboteando todas mis posibilidades de venta con este tipo de comentarios pero es que… ¡me siento feliz!
El 8 de mayo a las 19 horas haré su presentación en La Casa del Libro de Gran Vía de Madrid, estaré acompañada por David Cuevas y Minerva, así que estáis más que invitados. Os iré recordando la fecha, todavía queda un mes, pueden pasar muchas cosas.
Si os animáis a haceros con un ejemplar, ¡espero que os guste y lo disfrutéis! Lo escribí en unos momentos complicados pero con todas las ganas de salir adelante y con un objetivo en mente: entretener.
Un abrazo. Buenos días, buenas tardes, buenas noches.