Este verano de 2019 está siendo espantoso a nivel personal. Médicos, pruebas, análisis, hospitales, quirófanos, puntos, grapas y convalecencias. No solo mías (ojalá). Y porque para qué vamos a darnos un respiro si se puede averiar el ascensor de tu casa durante cuatro semanas (viviendo en un sexto), y quedarte sin internet ad infinitum. Ya que nos ponemos, pues redondeamos la putada, ¿no?
Pero los centros comerciales tienen compasivos wifis gratuitos, y con un poco de esfuerzo (putasescalerasdemierda), he querido recordaros que se cumplen cinco años de SOnC. Porque este blog sigue siendo parte de mí, es mi casa. Y aunque la salud y las circunstancias no están acompañando, os hago saber que continuamos por aquí (un poco maltrechos). Y que la intención es regresar. Con nuevos contenidos y entradas, por supuesto.
Y a falta de un solo cartelito, estos cinco años los vamos a celebrar con cuatro aberraciones visuales. A cual más terrible, pero que durante su confección he pasado un buen rato (falta me hacía). Espero poder encontrarme pronto mejor y volver a la carga, porque estar malita es un asco. Mientras, quiero celebrar con vosotros estos 1826 días de bitácora.
Un beso grande, os quiero.
Sho-Shikibu