anime, MUAHAHAHA

El misterio del undécimo pasajero

Imagino que ya lo sabréis, pero el trasvase de blogspot a wordpress de El Destino de la Flor de Cerezo y El Blog de una Pauutopía es ya un hecho. Tras la injusta desaparición y posterior renacimiento de la bitácora de Magrat y un par de sustos en El Destino, decidieron curarse en salud y proteger su trabajo en una plataforma más fiable que la de Google. Yo estuve planteándome (e intentando) realizar el camino inverso porque de wordpress hay cosas que no me gustan nada, pero gracias a Luzbel y a dificultades técnicas de lo más absurdas, no lo conseguí. Desde luego, es mejor soportar los cambios arbitrarios de interfaz de wordpress (entre otras cosas) que que te borren de un plumazo, a causa de una discutible política de contenidos, todo el esfuerzo invertido. Que no es poco. Siempre es preferible el mal menor. Por lo que, ¡bienvenidas al maravilloso mundo de wordpress, chicas!

lunaEstoy muy emocionada con la publicación por parte de Tomodomo del manga 11-nin Iru! (1975), en español ¿Quién es el 11º pasajero?, de la grandísima Moto Hagio. Una space opera llena de enigmas y una pizquita de romance. Un shôjo atípico, un clásico imprescindible de la Sci-Fi que todo enfermo por los tebeos debería leer. Prefiero no detenerme demasiado en todo lo que ha supuesto esta señora en el mundo del manga, porque en cuanto tenga en mi poder el volumen y lo lea, haré una reseña completa.

Fue una enorme alegría conocer esta licencia, casi no me lo podía creer porque, si no recuerdo mal, es un manga que no salió de Japón hasta mediados de los años 90, publicado en una recopilación de Viz Media con otros 3 shôjos más. Y fin.

2016, España, Tomodomo: AÑO CERO.

Qué exagerada soy (JOJOJO), el pasado 2014 la editorial Japonica Polinica Fantastica también publicó este manga. Y aquí estamos… esperando… yo comiéndome las uñas de la impaciencia, porque indicaron que saldría en invierno y estamos ya en marzo. ¡Lo quiero de auto-regalo para mi cumpleaños! ¡¡LLOROOOOO!!

Bueno, va, ya se me ha pasado. El consuelo que me he buscado mientras cuento las horas sumida en una insondable y tenebrosa melancolía, es la película animada que, once años más tarde de la publicación del tebeo, vio la luz. Y esta es su reseña.

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¡ahí estamos, coñiiiio ya!

Jûichinin Iru! o They were eleven se realizó en el año 1986 y posee todas las virtudes y defectos de un anime de esa época, encima dedicado a la ciencia-ficción. No estoy justificando las posibles carencias de esta película, sino advertir lo de siempre: no es justo (ni recomendable) juzgar las obras del pasado con la visión del presente. ¿Quiere decir esto que Jûichinin Iru! se ha quedado desfasada? Pues un poco sí, es ingenua en el tratamiento de algunos temas y la pretendida tecnología futurista puede hacernos sonreír. Pero todo eso en realidad no es importante, resulta además totalmente comprensible y, al menos para mí, otorga un aire vintage encantador que lo revaloriza en cierta forma. Esos son los dos únicos grandes «peros» con los que un espectador moderno puede encontrarse; por lo demás, este They were eleven es una auténtica sorpresa. Pero de las buenas.

Uno de los puntos fuertes de este anime es, sin duda, su elaborado argumento, con un desarrollo in crescendo, vueltas de tuerca interesantes y un juego de espejos inteligente que sabe mantener el suspense hasta el final. Deduzco que se lo debe a la historia de Hagio Moto, por lo que si esta película resulta que solo es un reflejo de su manga, se me hace la boca agua pensando en lo que puedo esperar del original. El ritmo en general es muy bueno, aunque en algún momento concreto parezca que haya baches, son solo eso, baches; no interfieren de manera negativa en el conjunto, que es bastante armonioso.

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Pero vayamos al grano: ¿de qué va Jûichinin Iru!? ¿Un shôjo de ciencia ficción? ¿Qué diantres es esto? Pues esto es Moto Hagio, señores, que rompió esquemas e hizo lo que le salió del higo. Y menos mal.

Jûichinin Iru! está ubicado en un futuro lejano, donde distintos sistemas planetarios, tras lógicas luchas y enfrentamientos, acaban aliándose creando una nueva de era de cooperación intergaláctica. La máxima representación de esta coalición es la Academia Galáctica, que reúne todo el conocimiento existente. Ahí acuden aspirantes de todos los rincones de la Federación cada tres años para lograr su ingreso. Solo el 0.1 % de los candidatos lo consigue; tanto las pruebas teóricas como prácticas son muy exigentes, de ahí que sus estudiantes sean una verdadera élite tras graduarse. Uno de los aspirantes es el huérfano Tadatos Lane, que ha superado mediante su esfuerzo e inteligencia los exámenes teóricos. En la última fase es enviado, junto a otros nueve candidatos, a una nave estelar llamada Esperanza para así superar, mediante trabajo en equipo, el examen práctico. Deben permanecer durante 53 días dentro de la astronave sin recibir comunicación ni ayuda alguna del exterior. Solo pueden recurrir a su propio ingenio y espíritu de colaboración. Por supuesto, si cualquier desgracia sucediese o alguien quisiera abandonar, tienen a su disposición un enorme botón rojo que pulsar e inmediatamente serían evacuados. Pero esta elección tiene que ser conjunta; si uno solo se rinde, los nueve restantes también quedarán descalificados.

Hasta ese momento parece un ejercicio duro aunque más o menos asumible, pero existe una variable que lo perturba todo: no están 10 en Esperanza, sino 11. Hay un candidato que no debería estar ahí, un impostor. Pero, ¿quién? Todos lo niegan. Y no solo eso. La astronave guarda secretos, secretos peligrosos que ponen en grave peligro la vida de los nuevos tripulantes. Estos, de manera intuitiva, seleccionan como líder a Mayan Baceska, rey de su planeta, y de carácter autoritario y agresivo. Este siente una antipatía irresistible hacia nuestro protagonista, Tadatos Lane. Junto a Mayan se alinea un noble hipócrita de su mismo planeta, Doricas Soldam IV, por lo que el poder de la nave recae, como quien no quiere la cosa, en la aristocracia. Y nadie se solivianta, curioso. El resto del equipo lo conforman Frolbericheri Frol, de gran belleza y carácter impetuoso; Amazon Carnias, músico con dotes de ingeniero; Vidminer Knume, una especie de Detective Marciano; el bondadoso y honesto Ganigus GagtosDolph Tasta, un tipo miedoso de nariz roja; el siempre sensato y prudente Glenn Groff; el diminuto Toto NiChaco Kacka, un pelirrojo de talante práctico. Con todos estos ingredientes, os podéis hacer una idea de que Jûichinin Iru! es bastante suculento y depara no pocos sobresaltos.

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Los personajes están bastante bien diferenciados y cada uno de ellos representa un arquetipo reconocible. No son de una gran complejidad psicológica y algunos apenas son desarrollados, pero encajan perfectamente en una historia que les va a exigir lo mejor de sí mismos y pondrá a prueba su valía. Reconozco que un par de ellos me resultan un poco más estridentes de lo necesario y con actitudes que pueden ser desde chocantes a ridículas. Su interacción a veces también me parecía algo mecánica y a trompicones; no obstante, imagino que el manga profundizará más en sus personalidades y, aunque al menos en el anime pequen de cierto pintoresquismo kitsch, muy propio de la época por otro lado, resultan muy entrañables sobre todo para los habituales de la ciencia ficción.

Se nota perfectamente que Hagio Moto es fan de Arthur C. Clarke o Star Trek, porque encontramos mucho de ellos en esta película. Pero sorprende, ante todo, la atmósfera opresiva y de leve paranoia que se percibe, muy bien trabajada. La desconfianza en los miembros de la tripulación, sus sobre-reacciones dirigidas por el miedo y la sospecha, etc. No es Alien (1979) ni The Thing (1982), que conste, y tiene mucho de esa inocencia campy de la ciencia ficción de los 60; pero consigue transmitir con eficacia una sensación de urgencia y alerta que no nos permite tomarnos a la ligera lo que ocurre entre las paredes de la nave Esperanza. Aunque Jûichinin Iru! también tiene sus momentos cómicos, ¿eh? Algunos realmente idiotas. Por ejemplo, la batalla campal que tiene lugar en el comedor es apoteósica, con música ochentera a todo trapo para darle más alegría y brío al asunto. Memorable.

hagio2La animación y los diseños en general de Jûichinin Iru! son geniales. Con un detalle y elegancia impresionantes. La muestra perfecta de que en el pasado se hacían películas de una calidad extraordinaria y, esta en concreto, no tiene nada que envidiar a producciones más celebradas o posteriores. Los planos, el movimiento de cámara y la cadencia son sensacionales, muy cinematográficos (apestan a Kubrick). Personalmente, echo de menos este tipo de animación, es mucho más cálida, orgánica; quizá no tan perfeccionada como la contemporánea, que puede acceder a recursos más sofisticados y pulir su resultado final hasta alcanzar extremos brillantemente plasticosos. Pero, ni muchísimo menos, Jûichinin Iru! es peor. Seguramente esta impresión tan particular mía se deba a que soy, en el fondo de mi corazón, una analog girl; y el mundo digital, aunque lo aprecie, disfrute y abuse de él a tope, se me hace poco acogedor.

¿Recomiendo Jûichinin Iru! ? Desde luego, y no solo para los amantes del género. No comprendo cómo ha pasado tan desapercibido, cuando es un anime muy digno. Está arropado por una excelente historia y unos apartados técnicos y artísticos más que notables. No se puede pedir más y creo que es el aperitivo perfecto para un manga que promete muchísimo.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

anime

A space punk cat Odyssey

Me voy a dar una pequeña tregua de tanto shôjo infumable con una marcianada de las que me gustan. Es un encanto de película animada, se trata de Tamala 2010:  A punk cat in space (2002). Gatos, ciencia-ficción, sociedades secretas, ultraviolencia… ¿he dicho que salen gatos? También perritos. Y una humana bastante rara. Para variar, me estoy adelantando.

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Esta que veis aquí es Tamala, una gatita de un año y medio que vive en Cat Earth pero que, aburrida de su vida y harta de su madre humana (que tiene una serpiente enrollada al cuerpo, por cierto), decide coger su nave espacial y dirigirse a Orión. No sabe muy bien la causa, pero siente una extraña atracción por la constelación. Cree que ahí está el planeta donde nació en realidad. Las cosas no son tan sencillas y, tras unos serios problemas técnicos provocados por un extraño ataque, se ve obligada a desviarse al planeta Q, bastante menos civilizado que Cat Earth. Allí, con la ayuda involuntaria de un gatito pijo, Michelangelo, llega a Hate City, donde el caos y la violencia reinan en un ambiente marginal. Existe una reducida parte de la población que sí vive bien, a la cual pertenece Michelangelo, pero se trata de una sociedad estructuralmente muy descompensada. Y salvaje.

¿Todo claro? ¿Sí? Pues no. Rewind, please.

Año 2010, Meguro (Tokio), Cat Earth. El conglomerado empresarial Catty & Co. es dueño del 96% del PIB planetario. Su dominio es casi absoluto, pero el suyo ha sido un largo trabajo de fondo… de siglos, literalmente. Detrás de Catty & Co. hay mucho más que una temible y descomunal maquinaria económica. Detrás de Catty & Co. y su capitalismo brutal que devorará el universo, existe una filosofía despiadada en la que se concibe la existencia del cosmos como un ciclo en donde el caos y el orden (entropía) son dirigidos por la voluntad. La voluntad de un culto mistérico cuya deidad principal es la diosa Tatla, solo visible a través de los sueños, en el magma del inconsciente colectivo. Esta religión secreta, que busca la destrucción del universo para su recreación posterior, siempre ha operado para extender sus tentáculos y engullir lo que sea menester, a través del servicio de correo (aquí nadie ha leído The Crying of Lot 49). Esa es la señal de la implacable colonización posterior.

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Detalle de la constelación de Orión en un antiguo fresco gatuno

Bien y, ¿qué tiene todo esto que ver con nuestra querida Tamala? Pues todo. Tamala es una gatita rebelde, con fuerte personalidad y gran capacidad de adaptación a las circunstancias. Un espíritu libre, algo voluble e inconsciente, pero extremadamente intuitiva. Quién es ella en realidad, por qué la espía y persigue Catty & Co. y la razón de que le esté impidiendo llegar a Orión, es algo que no puedo contaros. El enigma de su existencia, que ella quiere desvelar, se convertirá en la obsesión futura del profesor Nominos, un perro de avanzada edad que se dedica a impartir ominosas conferencias en las universidades. Este hará una visita enigmática al pánfilo de Michelangelo, poniéndole sobre la pista de algo inimaginable. Tamala tiene recuerdos fragmentarios, fobias que la acosan en sueños y la constante presencia en ellos de una enorme gata robótica. Y no solo ella, los niños y adolescentes también.

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El mundo que presenta Tamala es deliberadamente kafkiano: lleno de crueldades absurdas, personajes de obsesiones enfermizas, situaciones surrealistas y una profunda alienación social. Existencialista a tope. Ahí tenemos, por ejemplo, al pastor alemán Kentauros, ofuscado hasta la demencia con la ratita Penélope, a la que mantiene encerrada contra su voluntad en una jaula, maltratada, y a la que también suele fotografiar en plan bondage. Kentauros siente una pasión fetichista por toda la parafernalia militar y policial, ama recorrer Hate City en su moto acompañado de jóvenes marineros y busca camorra hasta la muerte. Aunque parezca un personaje random, no lo es. Sirve perfectamente para expresar la esencia de una ciudad en manos del terror y, por supuesto, es el catalizador de una serie de eventos indispensables. Todo este ambiente turbio y malsano del planeta Q, y el altamente tecnológico y mercantilizado hasta la náusea de Cat Earth, contrastan, intencionadamente, con un arte cándido y puro. Y es muy útil a la hora de asimilar asuntos tan cruentos.

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La evolución del argumento es clásica, al menos en su cadencia; pero tiene una disposición circular que alude al concepto de eterno retorno implícito en la ideología del culto a la diosa Tatla. Y el dogma de la inmortalidad del alma. Esto, unido a ciertas divergencias temporales, puede confundir un poco si no se presta algo de atención. Algo. No es un anime ligero, pero tampoco la gran complicación del milenio, se sigue muy bien. ¿Es Tamala una crítica al capitalismo? Sí, lo es, pero conformarse con esa reflexión sería superficial. La intención de este anime no es un mero reproche económico o político, es bastante más. Refleja muchos de nuestros parámetros sociales desde una óptica claramente negativa y su intención, además de hacer reflexionar, es dejarte mal cuerpo. Así, claramente. Joderte la cabeza. Pero que eso no os amedrente, hay que ser un poco valientes en la vida, señores, y el viaje que propone Tamala bien merece recorrerse. Sobre todo si gusta la sci-fi o apetece algo distinto del anime estándar.

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Tamala fue llevada a cabo por dos personas desconocidas (bajo el nombre de t.o.L.) de manera independiente, por lo que el presupuesto no fue demasiado alto. Aun así, se las ingeniaron para, con unos medios básicos, crear un producto visualmente decente (tampoco para echar cohetes) y contenido atractivo ( y conseguir de seiyû a Takeshi Katô, t-e-c-a-g-a-s). Estamos hablando de que emplearon animación flash y una parte más reducida de CGI.  Es lo que hay, no se le pueden pedir peras al olmo, aunque ya he aclarado que el resultado es bastante aceptable. El CGI es lo más flojo con diferencia, pero tampoco abunda.

Sin duda, supieron sacar partido bien a sus recursos. Utilizando de base dibujo en blanco y negro que evoca tiempos pretéritos de la animación, lo diluyeron en una dinámica más propia del cine o el mundo del videoclip. Ahí tenemos las influencias claras de Félix el Gato o, sobre todo, el Astro Boy de Tezuka. Un dibujo de diseño muy sencillo, elegante e infantil; pero también observamos a Stanley Kubrick en los planos, en el movimiento refinado, en su mecánica general. Es innegable la presencia de 2001: Una odisea del espacio (1968), La naranja mecánica (1971) o El Resplandor (1980). La iconografía que aparece también es un homenaje a la cultura pop occidental más recalcitrante: Andy Warhol, Diane Arbus, los spaghetti westerns de Clint Eastwood… Y el trasfondo es heredero del espíritu posmoderno y conspiranoico de Thomas Pynchon.

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«Gemelas idénticas. Roselle, N.J.» (1967) de Diane Arbus

¿Merece la pena ver este largometraje animado? Es lo que me pregunté a mí misma antes de abordarlo. La cuestión aquí es que, de momento, se trata de un proyecto fallido. Tamala 2010: A punk cat in space forma(ba) parte de un plan más ambicioso, una trilogía donde se pretendía desarrollar en profundidad el argumento esbozado, así como una serie para la televisión. No sabemos por ahora nada; si alguien tiene noticias frescas, las puede poner en comentarios. Lo que sí apareció en 2007 fue una OVA, Tamala on parade, y tres cortos más en su versión DVD, que no he podido conseguir por ningún lado en algún idioma que sea capaz de entender.

Por todo esto, y a pesar de que fue muy aclamado y premiado en el Fantasia-fest de Montréal en 2003, dudaba en lanzarme a verla. No quería quedarme con un palmo de narices, con los dientes largos esperando toda frustrada una continuación. Es algo que detesto. Pero, como estáis comprobando, la curiosidad me venció y claudiqué. No me arrepiento. Cierto que da penilla no poder saber algunas cosas, pero por sí misma Tamala 2010: A punk cat in space es una obra completa y autosuficiente.

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¿La recomiendo? Pues teniendo en cuenta ya todo lo que he escrito, allá cada cual. No se le pueden exigir ciertas cosas, hay que tenerlo presente. Pero ni es producto hueco ni demasiado deshilachado. Es entretenido, muy duro en ocasiones, que precisa de la atención del espectador y hace cavilar, lo que también es importante. Su sentido del humor es cáustico, quizá no del gusto de todos; pero el ritmo no decae en ningún momento y resulta, en general, una película agradable a pesar de su evidente singularidad. Sorprende para bien.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

anime, paja mental

¿Y ahora qué toca? Otoño 2015

Casi todo el mundo ha hecho su entrada dedicada a los anime de temporada de este otoño 2015 y la mía no va a aportar nada. La hago básicamente porque tengo un follón tremendo en la cabeza y necesito poner un poco de orden (lo justo y necesario). Con lo que puedes ahorrarte esta lectura si prefieres usar tu tiempo en algo más productivo. Ni voy a entrar en los detalles técnicos, ni en el staff, ni en explicar los argumentos. Son ya vox populi. Explicaré por encima las razones de mi selección y tres tonterías más. Es algo meramente estructural para evitar que el caos me engulla. Aún es pronto para morir devorada por mi propia desidia, no tengo todavía siquiera la correspondiente colonia de gatos invadiendo mi cuchitril (todo llegará); así que continuemos fingiendo un poquillo más que soy un ser humano cabal.

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«Un caminante en otoño» de Miyagawa Shuntei (1898)

No empiezo esta nueva hornada animesca con especial ilusión, quizá porque esta veraniega ha finalizado siendo, al menos desde mi perspectiva, algo decepcionante. Charlotte me acabó pareciendo un sindiós que casi roza lo cómico; Gangsta ha tenido un desenlace (¡ejem!) putapénico a causa de esa enfermedad que sufren una gran parte de los anime cortos de rematarlos con un hachazo (y si no te gusta, te jodes y lees el manga); y a Rokka no Yûsha le ha pasado algo similar añadiendo encima una animación tipo cochambre de suburbio de Calcuta. No obstante, para mí ha sido una enorme alegría Kurayami Santa, que hemos seguido en total dos borrachos y un perro castigado por su dueño. Me faltan dos capítulos por ver (los borrachos que no sabemos japonés esperamos nos saquen de nuestra miseria con unos subtítulos) pero, a pesar de ser una serie de duración corta y presentación austera, ha estado divertida e inquietante a partes iguales. Es improbable que la caguen con el final.

Respecto a las series que continuaba desde esta primavera, Arslan Senki ha resultado ser bastante digna. La animación es caca como ya sabréis, pero el resto, a pesar de no ser perfecto, se ha desarrollado adecuadamente. Ore Monogatari!! se desinfló un montón, y es algo que se temía tras ojear los seis primeros capítulos; aun así, aunque no creo que la vuelva a ver en mi vida (¡muere, Yamato!), no la considero una pérdida completa de tiempo. A los fans del shôjo les distraerá a pesar de sus altibajos y algunos personajes a medio cocinar. Kyôkai no Rinne deja muy claro que la Takahashi ha entregado ya todo lo que tenía en su ser; y este anime se ha convertido, al menos para servidora, en un espectáculo lleno de tristeza y, a la vez, nostalgia por el glorioso pasado. Es increíblemente mediocre (no confundir con malo) y repetitivo. No obstante, veré la segunda temporada.

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La mujer con horchata en vez de sangre en las venas (y que conste que AMO la horchata)

A continuación, van las series que tengo intenciones de comenzar. Que las prosiga es otro cantar, claro. Son solo 7 y las he dividido en dos rangos de interés. Por supuesto, a lo largo del otoño puedo añadir diferentes conforme vaya abandonando otras, que nunca se sabe, pero NO, no voy a seguir Haikyuu!. La primera temporada ni la terminé porque me aburrió (me suele pasar con la mayoría del spokon) y sería absurdo continuar la segunda. Espero que los fans (sois legión) la disfrutéis y esté a la altura de vuestras expectativas. Que sepáis que lleváis invadiendo twitter a lo bestia desde hace días, es MUY divertido observar todas vuestras reacciones, la verdad.

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Kagewani

Kagewani es una de estas series que deduzco seguiremos los colgados habituales y poco más, aunque al encontrarse en Crunchyroll y Horriblesubs, tendrá algo más de tirón. Lo agradezco muchísimo porque este tipo de anime cuesta bastante encontrarlo subtitulado y con la frecuencia además deseada. Kagewani no me lo podía perder por varios motivos: la temática y el equipo que hay detrás. Todo lo que sea terror me lo jamo, y aquí encontramos tanto materia sobrenatural como de criptozoología. PERFECT. Las cabezas pensantes de este anime trabajaron en Yami Shibai y Kurayami Santa, ambas series me encantaron, así que habría sido un pecado ignorarlo. SIMPLE. La historia de este profesor universitario, investigador de monstruos y con una extraña cicatriz en la cara, promete ser una pequeña joya del horror de este otoño. O eso espero.

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Kowabon

Y del guionista de Yami Shibai, Kurayami Santa y Kagewani, Hiromu Kumanoto, llega también este Kowabon. Es serie de duración corta al igual que la anterior, y también se centra en el terror. Me interesa bastante el hecho de que vaya a ser rotoscopiada. A muchos esto les espanta, y no les falta razón porque en ocasiones el resultado suele ser una cerdada, pero creo hay que darle una oportunidad ya que esta técnica en un anime de este género puede acabar siendo un plus. Lo que se sabe del argumento me parece atractivo, ya que mezcla lo sobrenatural con la tecnología; y si he entendido bien, trata sobre una especie de Gran Hermano fantasmagórico que observa a las personas mediante todas las cámaras a las que tiene acceso vía internet. No sé mucho más, pero es lo suficiente para darme el chapuzón.

kowabon

Subete ga F ni Naru

Llevo queriendo leer algo de Hiroshi Mori desde hace milenios y no ha habido manera. Admito que tampoco me he esforzado demasiado en mis indagaciones, por lo menos no tanto como sí hago con otras obras o autores, pero me habría gustado leer la novela The Perfect Insider antes de ver el anime. Manías mías. Pero no pasa nada, el que no se consuela es porque no quiere; y la mar de dichosa voy a ver esta serie. Tengo unas expectativas muy altas. Aquello que combine ciencia y misterio tiene todas las papeletas de encantarme. Y si ya hay asesinos en serie pues, ¡qué más quiero! ¡ADELANTEEEEEE! ¡No me defraudes, Saikawa-san! Y, como siempre digo, ¡¡meganes del mundo, VENID A MÍ!!

 Osomatsu-san

Y no solo de enigmas y horrores sin fin vive el hombre. Aunque lo mío en general no suele ser la comedia, espero con muchas ganas esta revisión de un clásico entre clásicos del manganime. El humor, cuanto más absurdo y disparatado sea, mejor lo tolero. Y esta serie promete gags y personajes de lo más delirantes, por lo que su oportunidad la va a tener. Quiero que me hagan reír, sin más, que además lo necesito. Solo le voy a exigir eso, creo que no es pedir demasiado.

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No te agobies, muchacho, nos pasa a todos

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Pues sí, ya veremos qué sucede con estos tres siguientes. No tengo especial fe en ellos, pero curiosidad sí. Aunque algunos me huelen mejor que otros. Normal.

One-Punch Man

Esta es la serie que más suspicacia me genera. Está siendo taaaan esperada y está provocando taaaal hype, que mi naturaleza de loba recelosa está en guardia y a la espera de lanzarse a la carótida. Aun así, le tengo también muchas ganas. One-Punch Man tiene decenas de elementos para dejarme KO del gustazo aunque, por eso mismo, le voy a exigir bastante. Las parodias siempre son bienvenidas pero a veces suelen caer en la falta de sustancia. Esperemos que con este anime no suceda así y sepa avanzar también más allá de la comedia y la ensalada de hostias. Un poco solo, no estoy pidiendo aquí una disertación sobre la Crítica de la razón pura de Kant.

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Young Black Jack

Solo un nombre: Osamu Tezuka. Sé perfectamente que el manga que adapta no es de él, pero el personaje en el que se basa, Kurô Hazama, sí; y es una de sus creaciones más carismáticas y especiales. Por ello espero y deseo esté a la altura y no destrocen su obra. No he leído el tebeo de Yoshiaki Tabata, pero por su historial no temo un disparate muy gordo. A lo mejor me equivoco, claro. Me pueden tocar las narices con exceso de drama teatrero o con el típico secundario cómico-ridículo; y eso sí que olisqueo va a estar en el menú. Lo primero lo entiendo porque ya de por sí los orígenes de Black Jack son tremebundos, y el contexto histórico es a lo que apunta. Lo segundo me parecería inexcusable (ni siquiera para relajar el tono) y de muy mal gusto. Bastante Pinoko hubo… y si no sabes de quién estoy hablando, MEJOR PARA TI, te lo garantizo. Tragedia y épica habrá, confío no muy artificiosa.

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Yo tampoco sé qué cojones está pasando en esta escena. Tendré que ver el capítulo.

Sakurako-san no Ashimoto ni wa Shitai ga Umatteiru

De nuevo el mundo de la medicina, pero esta vez forense. O algo parecido. Pero tiene lugar en Hokkaido y eso me mola mil. Y que haya misterio de por medio, por supuesto. El que a la protagonista le gusten los huesos porque le parecen kawaii me suena ligeramente a soplapollez, pero a lo mejor es solo una forma algo tonta de presentar la sinopsis. Tengo ilusiones de no encontrar mucho personaje subnormaloide femenino, mejor que no haya ninguno.

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¡Ay, pobre Yorick! Yo le conocí, Horacio: era un hombre de una gracia infinita y de una fantasía portentosa…

También he comenzado a ver, y no me preguntéis la razón, Itoshi no Muco. No tenía ni idea de que semejante anime existiera y, ni mucho menos, que hubiera temporadas anteriores. Pero la vida de un perro, un Akita Inu concretamente, en las montañas junto a su amo el cristalero hipster, me parece la cosa más relajada del mundo. Observar los pensamientos del can mientras destroza toallas y se revuelca por el suelo es algo que necesito ahora. No sé si me acabaré cansando de mongoladas perrunas, pero de momento el dibujo, harto sencillo, y su propuesta de slice of life muy básico, me ayudan a tener la mente en blanco. Que de vez en cuando no viene mal.

Buenas días, buenas tardes, buenas noches.

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¡Vete, verano, vete!

«Danza rural durante el O-Bon» de Shôtei (1936)

Hola, verano. Eres asqueroso. Quiero que acabes. Venga, dilo conmigo: aaadiióóóós. Bah, qué flojo, un poco más fuerte: AAAADIIIÓÓÓÓS. Nada. No hay manera. Debo seguir aguantándote unas semanas más.

El Caballero Estío me convierte en una especie de endriago, diabólico y muy difícil de gobernar. Entre la ira y la melancolía, basculo en una bipolaridad intolerable hasta para mí misma. Me gustaría permanecer en hibernación hasta octubre (es mi mes favorito). Lógicamente, no es posible. Tengo los anime de temporada para consolarme una miqueta. Algo es algo.

He comenzado con ellos bastante tarde y con algunos llevo una semana de retraso. Advierto que he sido más crítica de lo habitual. Cuando una no está de humor, no está de humor. Así que, no offence. Que este blog no es la Biblia ni mucho menos.

lagrimaslluvia

Y mejor que sea así. Estas son las series que, hablando sin tanta alusión philipdickianapiratesca, he mandado a cavar zanjas a Eritrea. Os mola el dibujito, ¿eh? Es un horror, lo sé, pero a veces me gusta hacer el imbécil con el paint.

AKAGAMI NO SHIRAYUKIHIME

赤髪の白雪姫

Este anime es mongolo, sin más. Abordé la temporada estival con esta serie, deduciendo que sería un aperitivo ligero que me estimularía a proseguir con el resto… y consiguió el efecto contrario. Mala elección hice. La fantasía, el folclore y las aventuras siempre son bienvenidos en mi ordenador; tontorrona de mí, pensé que sería un anime sin mucha sustancia pero que depararía alguna que otra sorpresa agradable. Pero no. Akagami no Shirayukihime es un muermo de los gordos. Coge los elementos propios de los cuentos de hadas infantiles y los convierte en una pastelada incomestible. Que sí, ahí está esa ingenuidad tan propia de ellos… pero coño, no trates al espectador como si fuera subnormal. Situaciones inverosímiles, conflictos que se resuelven de manera ridícula, personajes que caen del cielo porque sí… Y todo muy bonito y todo el mundo muy bueno y (casi) todos los machos encandilados con la heroína. No puedo decir que la moza sea del tipo lerdo porque no lo es; pero casi todo en este anime está llevado de una forma tan sumamente cursi y empalagosa, que se me hace completamente indigesta. No me aporta nada y está plagado de clichés. Me recuerda un poco, aunque argumentalmente no tengan mucho que ver, a otra serie del año pasado: Soredemo Sekai wa Utsukushii. Tienen esa melosidad pastosa de un caramelo toffee blandurrio, que cuesta horrores masticar y se te queda pegado en los dientes. Cierto es que solo he visto cuatro capítulos (después del primero se me quitaron las ganas, pero debía hacer la reseña apropiadamente); y a lo mejor el temita se anima un poco no haciéndose tan vacuo como hasta ahora. Pero lo siento, sobredosis de azúcar las justas. Esta especie de blancanieves con pelo rojo y sus trabajos de herboristería no son para mí.

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SHIMONETA

下ネタという概念が存在しない退屈な世界

Esta es una de tantas series que no entiendo por qué empiezo a ver. He logrado tragar dos episodios… y medio. No dudo de que a mucha gente este anime le esté gustando ya que es dinámico, ameno y a los personajes se les ve pinta de que vayan a estar bien enfocados (sobre todo porque son arquetipos bien reconocibles). Es una serie dirigida al público joven masculino japonés; es muy específica y se nota. Con esto quiero decir que, ese grado de represión sexual en el Japón distópico de esta obra, que supera con creces a la sociedad victoriana inglesa del s. XIX, solo puede asimilarlo para lograr una suspensión de la incredulidad adecuada, un sujeto adolescente que todavía no tenga mucha idea del tema y/o viva en un entorno conservador. Por otro lado, no puedo evitar percatarme de que este anime es un reflejo de la propia sociedad nipona, donde las relaciones personales suelen ser extremadamente pudorosas y cerradas. De ahí que el objetivo de la ¿villana? ¿heroína? de la serie, sea conseguir una libertad plena en la comunicación y expresión de la sexualidad. Pero de una sexualidad donde la mujer es un objeto, he de decir. Es curioso que todos los esfuerzos que realiza la moza, se centran en estimular la curiosidad del hombre: a través de típicas revistas porno masculinas o diluvios de fotografías eróticas donde solo aparecen chicas ligeras de ropa. Parece que la mitad de la población de ese Japón hipotético deba conformarse únicamente con eso. ¡Café para todos! Se trataría de una revolución sexual sesgada y aparente. No es casual tampoco que la única muchacha en la obra (aparte de la protagonista), que siente un afán sincero por conocer todo lo relativo al sexo, sea tratada como una demente a la que encima no se le brinda ni pizca de información. ¿Me sorprende todo esto? Pues no. En realidad Japón es así, por lo que es natural que se plasme de esta forma, como igualmente se hace en otros tantos miles de anime ecchi. Así que, a pesar de que contiene elementos interesantes, Shimoneta me ha provocado gigantescos bostezos con lagrimones incluidos. Más de lo mismo.

Efectivamente, LLEVA UNA BRAGA EN LA CARA
Efectivamente, LLEVA UNAS BRAGAS EN LA CARA
nifunifa
Sé que no llevan tilde, pero en el dibujito queda mejor así

CHARLOTTE

シャーロット

Partiendo de unos planteamientos bastante prometedores, Charlotte por el momento pincha y se queda como una pelota de baloncesto fofa. El desarrollo de las premisas es completamente infantil  y superficial, de una simplicidad casi ridícula; y los capítulos me acaban aburriendo un poquillo. La base del equipo principal, que recuerda lejanamente al de Suzumiya Haruhi no Yûutsu, dedicado a la reclutación de adolescentes con poderes especiales para «salvarlos» de los «malvados» científicos, tiene su gracia por ese regustillo comiquero. Las historias, hasta ahora de corte autoconclusivo (he visto hasta el episodio cinco), se despeñan más que fluir… pero. Pero. ¡Que no hemos alcanzado ni la mitad del anime, amiguitos! Aunque la presentación general de la serie me haya convencido poco, el trasfondo y varias tramas secundarias propuestas continúan ahí, no están para nada descartadas. Y son tentadoras. ¿Desarrollará la insoportable hermanita del protagonista algún tipo de poder? Es lo lógico, y espero que sea una habilidad bien chunga. Por darle algo de vidilla al tema, que de momento los poderes mostrados no han supuesto grandes problemas, todo muy inofensivo. ¿Quién es ese familiar misterioso (¿hermano mayor? ¿padre? ¿tío?) que aparece en la cabeza de Otosaka? ¿Por qué no es recordado convenientemente? ¿Tiene poderes también? ¿O es un «malvado» científico? Lo que en realidad deseo es que sepan jugar esas manos con inteligencia y que la serie adquiera, de una vez, una tonalidad más oscura. Lágrimas y crueldades a raudales, por favor. Charlotte lo está pidiendo a gritos.

Meganes del mundo, venid a mí
Meganes del mundo, venid a mí

Por cierto: AMO al tipo bizarro ese chorreante al que no se le ve la cara tras su increíble melenón. Quiero más personajes así. El megane también me gusta salvo cuando está en modo fanboy, entonces es un pesao.

ROKKA NO YÛSHA

六花の勇者

Rokka no Yûsha es el anime épico que está cubriendo mis necesidades actualmente del género. Mucho mejor que Arslan Senki. Pero tiene defectos… como todo en el mundo. Solo para empezar, la animación es mierder, PERO MUY MIERDER, SEÑORES. El CGI quema las retinas. Y ESAS TETAS, WTF??!! ¿Por qué esas tetas? ¿A qué viene diseñar una princesa guerrera como una Playboy Bunny? ¿Y la peliblanca? ¿Qué significa esa horrorosa flor de la cabeza? ¿Es carnívora? Si tiene algo que ver con la Santa de la Flor, podrían haberle dado un aspecto menos propio de las carreras de Ascot. ¿Y el grandullón? ¿Por qué se parece a la Dama de Elche?

Bueno, ya vale de chorradas por mi parte. Pero sí, los diseños de algunos personajes me parecen bastante esperpénticos. Aunque la ambientación, una combinación de civilizaciones mesoamericanas, me gusta mucho. Desde luego, no es Shingeki no Bahamut, pero tiene un ritmo muy bueno y sabe mantener la intriga al estilo Agatha Christie con perspicacia. No he leído ni las novelas ligeras ni el manga, así que ignoro si están haciendo alguna barrabasada; solo puedo decir que la historia me agrada y retiene con agilidad mi atención. Lástima esa animación tan desastrosa, a ratos dan ganas de apagar directamente el ordenador.

rokka

ñam

KURAYAMI SANTA

暗闇三太

Me hago cargo perfectamente de que esta serie la seguiremos en total tres y el de la guitarra. Pero es realmente especial, una rara avis que disfruto bastante a pesar de su sencillez formal. Santa, un servidor del rey Enma del Infierno, es enviado a la tierra para tratar de mantener el equilibrio entre el mundo espiritual y el humano. El Inframundo está empezando a tener un problema de superpoblación a causa de la creciente maldad de los vivos. Santa, como criatura infernal que es, no entiende de ética o moral. Él está destinado a cumplir su misión, que es contrapesar, nivelar. Nada más. Y a ella se ajusta con fría precisión; Dark Santa y su martillo son implacables. Su actitud, en escasos tres minutos, obliga a la reflexión con acciones singulares y breves moralejas de una ironía cruel. La estética, inspirada en la cuna del anime (Tetsujin 28-gô, Astroboy) unida a fragmentos de imagen real de mediados de la era Shôwa, otorgan una atmósfera inquietante, casi apocalíptica, muy atractiva.

En sí es una serie muy simple, tanto a nivel argumental como de animación; pero es un caramelito para todo aquel que disfrute con lo tenebroso y quiera saber algo más sobre la época en la que se produjo el «Milagro japonés». De momento, sus «aventuras» tienen todas lugar al sur, en Kyûshû; y sabemos de dos criaturas más que, como Santa, ejercen la labor de enviar almas al infierno con sensatez (¡ejem!). ¿Las malas noticias? Solo hay cuatro episodios disponibles y las actualizaciones son leeeentas. Es de esperar dado que no es el anime más comercial del mundo. Pero merece MUCHO la pena.

santa2

GANGSTA

ギャングスタ

Es mi anime preferido de la temporada. Hasta el OP me gusta (bueno, la música NI HABLAR), con esas influencias del cómic occidental tan pop art que puede recordar al de Cowboy BebopNo es una serie tan espectacular como Kekkai Sensen (mi favorita de la temporada pasada A PESAR DE LOS PESARES), pero las comparaciones son odiosas, teniendo en cuenta además que tocan palos distintos. Encuentro lógica esa mayor austeridad y contención en Gangsta, ya que se mueve por los bajos fondos urbanos. Es sórdido, es noir; la glorificación de la violencia es constante. Las referencias inevitables van desde el Sin City de Miller hasta Black Lagoon. El nombre de la ciudad es muy elocuente: Ergastulum. Para el que no lo sepa, las ergástulas eran un tipo de cárcel subterránea bastante cruel, donde iban a parar los esclavos rebeldes o prisioneros de guerra en la Antigua Roma. Son gentes de malvivir, mafiosos y marginados los que habitan Ergastulum, en definitiva. La animación me ha sorprendido gratamente, sobre todo por el aire vintage, muy noventoso; así como la caracterización totalmente individual de cada personaje. Se agradece ese tipo de detalles en las series de tipo coral, gran trabajo. Porque, aparte de una buena historia y sus pertinentes ramificaciones, el elenco que conforma la obra es fenomenal. Ni uno tiene desperdicio, hasta los personajes más insignificantes están perfilados con cuidado.

El desarrollo de la serie, hasta el episodio 5 que he visto, es apropiado y natural: a través de los ojos de Álex, que desconoce casi todo lo concerniente a Ergastulum; con los flashbacks oportunos que nos descubren el contexto pasado y las vidas de Nick y Worick. La información se raciona a conciencia para mantener la intriga con lo que, progresivamente, la perspectiva del espectador se amplía para hacerlo testigo de una realidad compleja, brutal. Intuyo que todavía no sabemos ni la mitad, y espero que esté a la altura de mis expectativas, que son MUY altas.

Por supuesto, me encanta el gatito negro. Miaow!

gangsta

Prosigo con Ore Monogatari!!, Arslan Senki, Kyôkai no Rinne y Durarara! x2 Ten, aunque no las comentaré a no ser que observe algo que merezca mención. No estoy viendo más series porque ninguna, aparte de las referidas, me atraía en exceso. Quería evitar un poco también los entornos escolares (es difícil) y huir de lolis lo máximo. Seguramente estén emitiendo alguna más que pueda gustarme, pero con ocho he cubierto el cupo. Tengo muchísimas ganas, pero ya en formato película, de ver Bakemono no Ko, que se estrenó en julio. No sé cuándo podrá caer en mis manos, pero la espero con ansias.

bakemononoko

Debo añadir que tenía esta entrada programada y se me olvidó por completo, ya que tenía previsto finalizarla a tiempo. JAJA. No fue así, por lo que salió a la luz como vil aborto durante un rato este lunes. Khalil fue de los «afortunados» en presenciar este despiste, uno entre los millones que infestan mi vida, dejando prueba de ello con su oportuno comentario. Sin él, ni me habría dado cuenta del desaguisado. En fin, no será la última vez que suceda. 

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

anime

Cuatro episodios primaverales II

Esta no va a ser una entrada muy larga (¡ejem, voy a intentarlo!) ya que, sencillamente, se trata de un remate necesario a esta primera parte. Más que nada, comentar un poquillo los anime a los que me he reenganchado después de abandonar otros… que son únicamente dos.

Kobayashi_Kiyochika-Cherry_Blossom_in_Full_Bloom_in_the_Night_at_Mukojima
«Cerezos en flor en Mukojima por la noche» de Kobayashi Kiyochika (1915)

Ninja Slayer

ニンジャスレイヤー フロムアニメイシヨン

Y aquí tenemos la serie incomprendida de la temporada. Y todo por esa famosa animación de la que casi todo el mundo echa pestes. Me parece que una mayoría no ha captado el quid ni por asomo de este anime. Queridos, esa animación cutre, es intencionada. Y no es que sea cutre, intenta rescatar el tipo de imagen y atmósfera de los videojuegos de los ochenta. ¿Nadie ha jugado al Street Fighter 1 y 2Ese es el rollo, que los japoneses no lo desprecian por ser anticuado, sino que lo homenajean con nostalgia y consideran tiene su importancia histórica; tanta como para utilizarlo de recurso estilístico en una serie. Pero es que encima no es siempre así, Ninja Slayer juega con una gran diversidad  de texturas y estilos para evocar diferentes emociones y ambientes. Experimental a tope. No es uniforme, que es lo que habitualmente se ofrece; y como no es un producto homogéneo a nivel visual, lleva un ritmo vertiginoso y aparentemente caótico… pues natural que algunos hayan puesto el grito en el cielo. Ninja Slayer es un producto netamente japonés dirigido a mentalidades japonesas. Además es como una parodia, una burla hacia la concepción típica que tenemos los occidentales sobre los ninja y los bajos fondos nipones; se están riendo de ellos mismos y, a la vez, de nosotros. Y esto solo referido al arte. A mí, personalmente, me ha gustado mucho, y lo comentaba con un buen amigo por facebook además: ¡qué cojonazos más grandes han tenido para sacar adelante una serie así!

¿La voy a seguir viendo? Pues no. Ahora mismo no estoy en el mood para esta clase de anime. Lo dejo en barbecho junto a Owari no Seraph. ¿La recomiendo? De momento sí, pero solo a amantes de las ensaladas de hostias y venganzas sudorosas. Ah, y que no falte el sentido del humor, claro, sin él el guión de esta serie se podría considerar casi como un insulto.

ninjaslayer2

Punch Line

パンチライン

No las tenía todas conmigo respecto a este anime, porque el ecchi, el posible fanserviceme daban grimilla. Pero estos cuatro capítulos me han gustado. Además sale un gato cabrón, que seguro es familia de mi Isis, así que no lo podía dejar atrás. Y un osito. Me encantan los ositos. Ah, y una tortuga muerdescrotos.

Partiendo ya de la base de que tiene un argumento completamente absurdo, la comedia demente tenía que ser a la fuerza una de las grandes bazas de esta serie. Y con eso me he encontrado. Reconozco que el fanservice es comedido y no especialmente molesto, así que he podido disfrutar estupendamente en estos episodios de hemorragias nasales, bailes estúpidos, diálogos irracionales, leñazos a tutiplén y situaciones loquísimas. PERFECT. Pero además, y eso es lo mejor, resulta que Punch Line tiene un trasfondo del que, poco a poco, vamos aprendiendo. Y además hay varias líneas argumentales secundarias, que deduzco confluirán, bastante prometedoras. No es solo una comedia disparatada con bragas y tetas calentando al personal. De todas formas, estando MAPPA detrás, habría resultado decepcionante que hubiera resultado así. Lo único que está haciendo que me salten las alarmas un poco es el pastilleo de Mikatan… imagino que algo de drama es inevitable; solo espero no lo planteen muy edulcorado o le quitaría mucho encanto a esta serie.

punchline2

Bueno, al final sí que me ha salido una entrada cortita, casi no me lo puedo creer. Aunque tampoco podía enrollarme mucho siendo solo dos anime a comentar. Las segundas temporadas de Sidonia no KishiFate/Stay Night las estoy siguiendo también, a pesar de que no tenga pensado escribir sobre ellas; y, como ya sabréis los que leéis esta bitácora, no haré reseñas semanales. Únicamente cuando queden un par de semanas para finalizar la temporada, haré una razzia de las mías donde destriparé todas las series. MUAHAHAHA. Es broma.

Que paséis buen fin de semana.