Mi existencia parece un telefilme chungo de esos donde solo suceden dramones familiares, me gustaría que la racha se detuviera un ratico, porque estoy ya hasta el toto de hospitales y movidas médicas. Me gustaría recuperar una miaja de mi vida, y poder hacer algo más que joderme la espalda durmiendo en butacas de mierda o perseguir a los de radiología para que dejen de ignorar el volante que les han bajado hace una semana. Sería un detalle que la providencia, Lucifer, Odín, Avalokitesvara o lo que sea que esté al mando (si es que hay algo por ahí, porque lo dudo) se olvidara de mi culo una temporada.
Sí, necesito desahogarme.
Y ahora que he encontrado unas horas de solaz para mí misma, pues me he puesto a leer un tebeo que creo merece una reseña en SOnC. No porque lo considere bueno o malo, sino porque es intrascendente, ligero y completamente previsible. Ah, y con dibujitos de muchos colorines que alegran la vista. Y necesito mucha alegría estos días, camaradas otacos, pero mucha.
Se trata del cómic I am not Starfire (2021), publicado por DC Ink, la apuesta juvenil de DC. Un sello editorial cuyas obras van dirigidas, como bien imaginaréis, a un público más tierno que busque introducirse en el universo de Batman, Wonder Woman, Zatanna y compañía. I am not Starfire o Yo no soy Starfire verá la luz en España gracias a ECC a finales de este mes de abril, por lo que si tras leer la entrada os interesa haceros con un ejemplar en castellano, no habrá problemas.
Sus autoras no son unas desconocidas en SOnC, sobre todo en el caso de la guionista, Mariko Tamaki, de la que ya he hablado en varias ocasiones e hice reseña de su maravilloso This One Summer (2015), que podéis leer aquí. La dibujanta es la maravillosa Yoshi Yoshitani, a la que adoro por sus radiantes joyas multicolor. Ambas son norteamericanas (canadiense y estadounidense respectivamente) de origen japonés, y no son novatas en estas lides. De hecho, Tamaki ya lleva a sus espaldas dos Eisner, y ambas son bastante respetadas en su trabajo.
Y juntas realizaron este proyecto que, por otro lado, levantó ciclópeos tsunamis de odio, furia y abominación sin motivo real para tamaña inquina. La bilis segregada por las hordas de ultraofendidos y demás criaturas rabiosas fue bestial, solo como en estos tiempos de hipercomunicación y polarización se puede excretar. Resultó bastante ridículo, y movería a risa si no fuese también aterrador. No sé cómo se encuentra actualmente el debate sobre Yo no soy Starfire ni me interesa demasiado, pero la mayor parte de las críticas iniciales no destilaban más que veneno ad hominem, misoginia, homofobia y otros prodigios neuronales en la línea antiprogre. Con poca sensatez me he topado, la verdad. Así que, como bien comprenderéis, tenía que meterme en este berenjenal y sacar mis propias conclusiones.
Me gusta mucho Tamaki, soy lectora de cómics de superhéroes desde hace décadas (no solo de manga vive este cuerpo serrano, amiguis) y como fan de los Jóvenes Titanes de Marv Wolfman y mi muy querido George Pérez, no podía dejar escapar esta lectura. Por lo que, en cuanto he podido, la he devorado. Y sabiendo lo que es y a qué demografía va dirigida, tengo listo mi veredicto. Sin necesidad de forzar ni hígado ni vesícula biliar, por cierto.
Yo no soy Starfire parte de una premisa muy simple: nuestra idolatrada diosa tamareana, la princesa Koriand’r, tuvo una hija hace 17 años. Una preciosa niñita que se ha convertido en la típica adolescente rebeldona y majadera, que vive a la sombra de una madre superheroína, superpoderosa, supersimpática, superhermosa y que luce miniropa. Y ella es gordita, pecosa, se tiñe el pelo de negro, viste con ropajes oscuros y es una borde.
Para los que andéis un poco despistados, Koriand’r es Starfire, miembro del grupo de superhéroes Jóvenes Titanes, la cual apareció por primera vez en noviembre de 1980 en la colección de Los Nuevos Jóvenes Titanes, creada por Wolfman y Pérez. No quiero liar más la cosa, pero Starfire es un personaje muy estimado por los fans tanto por su chispeante y optimista personalidad como por su gran energía y belleza. Servidora también la aprecia mucho, aunque mi favorita de los Titanes siempre será por los siglos de los siglos Raven.
No es la primera vez que le adjudican hijos a Starfire, en universos alternativos andan por ahí realizando heroicidades Nightstar y Jake Grayson, vástagos de su relación con Nightwing, líder del grupo. Pero Mandy, el retoño de Yo no soy Starfire, es diferente. No sabemos quién es su papá, tampoco se dedica a salvar el mundo y resulta gruñona y repelente. Mandy es una gotiquilla quejumbrosa que se siente incomprendida.


Y con esta base se edifica el tebeo de Yo no soy Starfire, desde el punto de vista de una adolescente desubicada entre el rutilante mundo de su madre y el aburrido de un instituto de clase media estadounidense, donde sufre acoso desde varios frentes. No es una historia de superhéroes, es el diario de Mandy, sus experiencias y crecimiento personal.
Es un tebeo fuera de continuidad, independiente, que solo narra un cuento que ya hemos leído y visto en la tele y el cine billones de veces. Vamos, que si molesta, solo se tiene que ignorar porque no aporta nada nuevo en ningún aspecto ni para bien ni para mal. De hecho, para quienes estamos curtidos en temas de shôjo escolar, reconoceremos muchas de sus características tanto en el plano artístico (flores, estrellitas, la distribución de paneles, etc) como de guion (romance no correspondido, padres casi ausentes, foco en la vida estudiantil, etc). Quizá sea ese uno de los problemas con los que el lector de cómic de superhéroes se ha encontrado, un híbrido entre shôjo y tebeo occidental. Quizá, no lo sé, aunque no comprendería que pudiese resultar un escollo tan enorme.




Mandy lucha por encontrar su propia identidad, y en los torbellinos egocéntricos de sufrimiento adolescente está acompañada por Lincoln, su mejor amigo y que cumple su papel de apoyo moral no matter what. Y luego está su amor platónico, la rubia y popular Claire, adicta a las redes sociales. Los demás son el enemigo. Bueno, no tanto, pero la fuerte postura defensiva de Mandy convierte a todo aquel que desee acercarse a ella en un ente hostil (la mayoría de las veces con razón). Incluida su madre. Sobre todo su madre.
El contraste entre Starfire y Mandy es evidente, tanto en físico como talante, y esa oposición la trabaja con ahínco nuestra protagonista. Se esfuerza por resultar odiosa. Ella no es Starfire, ser su hija resulta sofocante por las lógicas expectativas que despierta, así que decide convertirse en una decepción antes de siquiera intentar nada. ¿Os suena? Sí, hay miles de obras que plasman este tipo de desazones entre la chavalería. Y las seguirá habiendo.



Mientras leía el tebeo, me preguntaba por qué Koriand’r hallaba tantos problemas a la hora de conectar con su hija, cuando ya tuvo que lidiar con dificultades de índole similar, aunque mucho más graves, con su mejor amiga Raven. Starfire aparece difuminada, aunque con su personalidad ingenua y feliz bien marcada. También el resto de cofrades titánicos se presentan de manera anecdótica pero, recordemos, esta es la historia de Mandy, Mandy la adolescente airada y triste, donde solo su ombligo es lo que importa. ¿Es este un relato tipo madre-hija? Aunque la intención pueda ser esa, la realidad es que en ese aspecto se encuentra bastante a medio cocer, la dinámica entre ellas resulta desmañada. Y escasa.
También es curioso que nos muestren a una Mandy ajena a su herencia tamareana, Koriand’r parece que se ha concentrado en procurar a su hija una vida y educación humanas, todo lo más normal y corriente posible. Starfire quiere, como toda madre, proteger a su hija de un legado feroz y belicoso, el de su planeta natal Tamaran; no quiere que Mandy sufra lo que ella ha padecido. Pero esto traerá a su vez sus propios problemas, aunque también supondrán el catalizador de cierta nada inesperada metamorfosis.


Yo no soy Starfire es un tebeo que comienza con parsimonia y va cogiendo velocidad hasta un final que intenta alcanzar un clímax que no llega nunca, porque ya conocemos su desenlace. De sobra. No hay sorpresas, no hay emoción, aunque sí un poquito de humor. Se trata de un cómic bastante normalito, aunque para nada la bazofia que otros han querido ver en él.
No todo lo que escriba Tamaki tiene que ser Skim (2008), del que toma algunos ingredientes, o Laura Dean keeps breaking up with me (2019), esta señora también tiene derecho a realizar proyectos menos relevantes incluso vulgares, como es el caso, y no pasa absolutamente nada. Yo no soy Starfire es la calma que otorga la medianía, sin sobresaltos pero que tampoco llega a aburrir. Se nota que ha intentado caminar de puntillas sobre un terreno que muchos fanáticos consideran sagrado, y ha querido ofrecer una obrita competente y estupenda para lectores jóvenes. Aunque para mí lo mejor de este tebeo ha sido, sin duda, el arte de Yoshi Yoshitani.



Los Titanes siempre han sido una explosión de movimiento y color, y es algo que Yoshitani ha respetado a rajatabla, y que además encaja con su propio estilo también. Pero si de algo encontramos influencia clara es de las series animadas Teen Titans (2003) y Teen Titans Go! (2013), que a su vez tomaron elementos del mundo animanga (no en vano estaba Glen Murakami detrás de los dos proyectos). Hay mucho de su desenfado y agilidad en Yo no soy Starfire, así como de su paleta eléctrica y vivaz.
Pero Yo no soy Starfire no es un tebeo de superhéroes, de ahí que las viñetas sean más estáticas y se centren en la narración de los sentimientos y decisiones de Mandy, no en cazar villanos a través del espacio. Quien busque eso no lo va a encontrar, ¿puede ser esa otra de las razones por las que haya decepcionado tanto a algunos este cómic? No lo sé, pero ni los avances que se hicieron del tebeo ni las ilustraciones previas daban a entender algo diferente de lo que es, no hubo engaño.



¿Recomiendo Yo no soy Starfire? Es una lectura amena aunque predecible, agradable pero con una protagonista, Mandy, en una etapa de la adolescencia complicada, por lo que puede ser difícil empatizar con ella. No fue mi caso, yo también fui una zagala gilipollas y malencarada allá por el Paleolítico superior, qué tiempos.
No es una obra maestra ni tampoco el mojón diarreico que otros se empeñan en señalar, es solo la historia de la típica mozeta desorientada que encima tiene la mala suerte de tener una familia famosa e hijoputesca. ¿Merece la pena? En mi opinión es una curiosidad que gustará a los seguidores de Tamaki, donde encontrarán reverberaciones de otros trabajos suyos; y teniendo en cuenta su público objetivo, no está nada mal.
Para los que conozcan el universo clásico de DC, les va a ofrecer otra perspectiva, completamente inofensiva y algo insípida, todo hay que decirlo, pero también con su punto de diversión y malicia. Nada del otro mundo, pero Yo no soy Starfire es un cómic bien ejecutado y chuli, lo que no se puede decir de la gran mayoría de tebeos que pululan actualmente por las librerías.
Buenos días, buenas tardes, buenas noches.
¡Hola! Lamento lo que estas pasando, por lo que comentas el problema de salud no es tuyo pero si de alguien cercano, a mi me paso lo mis el año pasado con mis padres que decidieron enfermarse al mismo tiempo, este año estan un poco mejor así que estoy más tranquila. Por eso entiendo que puede ser duro y espero que tus seres queridos mejoren, esta situaciones son muy estresantes.
En cuanto al cómic, la polémica fue muy sonada en las redes sociales incluso antes de que se publicara porque todos odiaron el diseño de la protagonista, decían que una hija de Starfire y Nigthwing (porque todos se imaginaban que él iba a ser el padre aunque ninguna fuente confiable lo hubiera confirmado) nunca se vería así que era inclusión forzada que la protagonista fuera gorda y un largo etc. de quejas absurdas sin fundamentos.
Después salió el cómic y la gente empezó a dar su opinión sobre el, se quejaban de la trama y la actitud de la protagonista. Yo no leí el cómic pero cuando escuchaba las quejas me daba la impresión de que era una historia para adolescentes promedio y ahora que veo tu opinión lo confirmo.
He leído pocos cómics de super héroes pero en mí poca experiencia los lectores acérrimos de este nicho son de mente muy cerrada, cualquier cosa que se salga de la estructura de los cómics que leen o es una obra maestra o es un asco que no debería existir. Me imagino que por eso fue la polémica, no creo que la demografía a la que apuntan tenga muchos problemas con el cómic pienso que son los lectores con más bagaje los que se quejaban.
Más allá de mis teorías me alegra leer tu opinión, creo que es la menos visceral que e visto sobre este tema. ¡Saludos!
P. D. Raven también es mi personaje favorito de los «Jóvenes Titanes»
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Team Raven forever. Muy fan de la serie «Los jóvenes Titanes» incluso vi «Teen Titans Go» y me gustó también, a pesar de las críticas que tenía a sus espaldas jajaja, ¿viste la película en donde se realiza el crossover entre ambos Teen Titans?
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A mí también me encantaba la serie de los 2000 de «Los jóvenes Titanes», también vi «Teen Titans Go» pero no me gusto, creo que hubiera sido mejor crear una serie así con otro grupo de super héroes que no fueran conocidos (de los cuales hay muchos en el basto mundo de los cómics) para adaptar una premisa que no tiene nada que ver con la serie original, por eso no vi la película. Eso si team Raven forever, la mejor gótica animada XD
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Hola, Noctua,
gracias por tu comprensión y palabras, la verdad es que está siendo una etapa de mi vida dura que está ya durando mucho tiempo. A veces tengo la sensación de que no voy a superarla. Y sí, es todo muy estresante.
El alboroto que se formó con este tebeo es, desde mi punto de vista, absurdo. Comparto gran parte de lo que dices. ¿Son cerrados de mente los lectores de comics de superhéroes? La verdad es que los que he conocido no suelen salir de su nicho, no arriesgan a leer otras cosas porque con todas las colecciones que hay (que son millones jaja) ya tienen bastante. Luego estamos los que vamos picando en lo que nos apetece. Si yo soy capaz de hacer eso, otras personas también. El asunto con «Yo no soy Starfire» creo que va por otro lado, más bien ideológico, por eso ha generado tanto odio irracional. Y es preocupante, porque no solo está sucediendo en el mundo de la novela gráfica. Pero eso ya sería otro tema distinto.
¡Raven es la mejor! 😀
¡Saludos, nos leemos!
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Es una pena que el mundo geek sea así, muchos eligen un bando y se quedan ahí conozco varios lectores que siguen leyendo shonen nekketsu o shoujo romántico respectivamente y no salen de ese circulo por nada del mundo, yo soy un poco como tu si me aburro de una formula busco algo diferente, si no fuera así ya hubiera abandonado estos gustos hace tiempo.
Lo de «Yo no soy Starfire» es lamentable muestra lo intolerante que es la gente hasta con el más mínimo cambio.
¡Genial gracias a este post encontré dos fans de Raven!
Saludos
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Hola Sho, espero las cosas mejoren a nivel personal de verdad que sí…ya mereces un descanso. Que los guionistas del tele drama se busquen a otra persona, con lo desocupados que andan algunos tunantes realmente desagradables…ahí si que tienen de dónde elegir.
Había leído reseñas y comentarios sobre este cómic en que como indicas vomitaban bilis, pestes a diestra y siniestra. Una furia que me sorprendió porque como bien dices la sinopsis, portada y lo que presentaban se inclinaba por lo que acabas de comentar del mismo. Se llegó a decir cada cosa de Tamaki que uff. Hace poco volví a releer tu entrada de «This one summer» y me pregunté que opinarías de «Yo no soy Starfire» y me ha llegado la respuesta, ¡que buen servicio! A la conclusión que llego, al leer tu opinión, es que no era para tanto, se lee y se pasa un buen rato disfrutando de las ilustraciones que se ven espectaculares, mi amada Raven tan bien plasmada en las páginas 🙂 o se ignora y se sigue adelante leyendo cualquier otra cosa.
La gente está hipersensible y a veces sólo busca una excusa para vomitar odio. Como indicas es una historia independiente, se han hecho cosas más complejas en las historias centrales de muchos cómics como los reinicio de universos y nunca leí tanto disgusto como con esta obra.
Coincido con Noctua, es un fandom bastante pesado el de los cómics (no todos, sino los radicales)
Espero que sigas disfrutando de los cómics, los mangas y cualquier otra cosa que caiga en tus manos. Saludos 🙂
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¡Aloha, Coremi!
El fandom del cómic americano va a lo suyo de manera general, y acepta con reticencias cualquier cambio. Sobre todo los más veteranos (me incluyo), que estamos un poquito hartos de las idas y venidas en las colecciones y, ante todo, con los cambios que han introducido con algunas películas. Wakanda Forever me ha parecido una peste, por ejemplo, no pienso volver a acercarme a una peli de Marvel en milenios; y el rumbo que han decidido tomar con DC es para cortarles el cuello (¡mi querida Doom Patrol, cómo la han podido cancelar así, HDLGP!). Pero eso son cosas de abueletes cascarrabias, el odio y la inquina que ha generado «Yo no soy Starfire» viene de otro sitio más turbio, me temo (la política), incluso procede de gente que no ha olido un cómic de Tamaki en su vida.
¡Gracias por los ánimos y la comprensión, Coremi!
¡Nos leemos!
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Las orejas de zorro cuando un personaje anda de listillo, ya quería ver eso en un cómic occidental 😀
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¿A que sí? Jajaja
¡Saludos, majo!
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Ojalá esta parte jodida de la vida pase pronto. ¡Fuerza! Y mientras tanto, ojalá puedas desfogarlo como se debe. Recuerdo que cuando era niño subíamos a un cerro con una estatua gigante de una virgen, a gritar hasta que se nos rompa la garganta. Era una buena sensación que ojalá encuentres mientras terminas de transitar esta amargura.
Respecto a la reseña, solo diré que, en general, las primas Tamaki son unas capas. En particular, Mariko es una excelente narradora, y creo que eso encubre un poco que tiende a tener una premisa fetiche.
Respecto al odio a la obra, ni idea que había pasado. Pero suscribo las apreciaciones generales de los demás comentarios que, además, reconfirman por qué apenas paso por las redes sociales.
¡Ánimo! Que cuando escasee, por aquí siempre te lo vamos a dar.
🤗
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¡Gracias, Tengu, por tus ánimos y palabras! En tiempos difíciles siempre viene bien el apoyo y la empatía de los colegas blogueros ☺️ gracias tbien por tu anécdota, desahogarse es importante para no acumular la ansiedad dentro, puede ser letal.
Yo no fui consciente del escándalo que se formó con este tebeo hasta que me dió por husmear un poco sobre él en la red, y la verdad es que me pareció todo desmedido. ¡Sólo es un cómic! Me pregunto cómo reaccionarán algunos de esos «odiadores» frente a problemas verdaderamente serios de la vida. Las redes sociales amplifican nimiedades hasta convertirlas en auténticos cataclismos.
¡Saludos, y reitero de nuevo mis deseos para que te prodigues un poquito más escribiendo en el blog!
☺️☺️
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